Cronica escrita por Juancardido: Qué buena rutita la de esta mañana...a ver si soy capaz de hacer una crónica en condiciones. A las 8:45 ya habíamos llegado todos a la plaza del Gargantón en Navacerrada: Agila, Davygon, Diabolik, Arrojo, Frailman y yo. Lo primero es lo primero y para ser educados ha habido saluditos varios y alguna carita de sueño. A la hora convenida nos hemos subido a las bicis y sin perder el tiempo, cosa que llevo como si me clavaran una puñalá por la espalda, hemos empezado a subir por un jodido senderito que a las primeras de cambio se me ha atragantado lo que no está escrito y ya, para abrir boca, y a menos de 15 minutos de ruta ya he tenido que echar pié al suelo y patear custecilla arriba; en este punto, y al pasar un tronco cruzado en el suelo, David se cae de la bici sin consecuencias. Y eso de patear cuesta arriba no ha sido sólo una vez, porque en el sendero que sube para (vaya gracia), luego bajar hasta la carretera del puerto de Navacerrada, Ángel y yo nos hemos pegado una buena pateadita cuesta arriba pensando ya que la ruta iba a ser un verdadero infierno para los dos: que si este tipo de ruta no es para mi, que si lo mío es la pista pura y dura...en fin, algo desmoralizadillos si que íbamos el tío Ángel y yo. El caso es que unos cientos de metros de pista llanita y más bien tirando hacia abajo, nos ha hecho volver a mirar la vida con optimismo. Al cabo de un rato, nos dicen: ¡¡Mirad eso es el miedo!!, y Ángel y yo que ya lo habíamos visto hace rato (y no precisamente en forma de pedrolar), decimos a la vez...¡¡ala vete, yo paso de subir por ahí!!. Pero no, nos han tranquilizado diciéndonos que no había habido aún máquina humana capaz de subir eso...y he flipado pensando que sí la hay que lo baja...madre mía estos romanos están locos. Tras subir el miedo a patita y cada uno a su ritmo, hemos conectado con un senderito que cansa lo suyo picando hacia arriba, pero divertido, divertido, sobre todo porque luego se atraviesa un puente de madera sobre un riachuelo que bajaba muy cargadito de agua y muy bonito. A partir de ahí me han dicho: "tenemos que subir la primera parte del calvario". Y yo que no soy muy religioso, he pensado, joer!!, pero si ya ha pasado la Semana Santa... Al cabo de unos metros empieza la pista a ponerse más pina que la p... de un novio y mientras los pros la suben no sin esfuerzo, pero sobraos (y entre ellos incluyo a Davygon que hoy estaba que se salía el tío), Ángel y yo la subimos con más pena que gloria...la verdad es que superar el pedazo de rampón que va girando a derechas me ha subido mucho la moral para el resto de la ruta. Desde ahí, desvío a la derecha para coger un tramito de la carretera del puerto de Navacerrada y enfilar la subida por el pinar de la Barranca. Aquí hay que decir que me quito el sombrero por el señor Diabóliko...el tío nos ha hecho de Cicerone perfecto enseñándonos a los nuevos (Ángel y yo, porque los pros ya iban a más de cien metros de distancia) el Bambi, parte del Ortiz...vamos una clase al estilo del Maestro Marek mientras el tío nos llevaba a un ritmo tal que la subida se me ha hecho hasta facilona...¡¡qué monstruo el Diaboliko!!. En el mirador, momento barrita, foto de grupo y doble pose, y enseguida a enfilar el Ortiz....ufffff...¡¡cómo me lo he pasado!!...pedazo de bajada!!!. Mira que hasta ahora lo que más me gustaba que se llamara Ortiz eran las magdalenas, pero a partir de ahora, ése senderito me lo desayunaría con café todos los días. Y eso que había mogollón de caminantes, que eso vacío debe ser un auténtico lujo...me ha gustado, y mucho!!!. Casi al acabar el Ortiz, Fraile ha pinchado la rueda de atrás, ahí, momento risas, más barritas y sobre todo cachondeíto con la cámara que David le ha prestado a Fraile, ¡¡la caña!!. Una vez reparada la bici de Jose, terminamos de bajar el Ortiz y de nuevo a subir un poquito por la pista de la barranca hacia la fuente buscando tirarnos por el Alakan. El Alakan me ha dejado un sabor agridulce, me lo esperaba más divertido; no sé si será porque Ángel se ha dado una buena toña (sin consecuencias), y porque Jesús ha pinchado poco más allá de la mitad, que me he quedado un poco con ese regustillo de que hacerlo entero me molaría más...Tras vadear el riachuelo en el que Ángel ha hecho una pasada por el agua impresionante (hay foto de Diabolik que así lo atestigua), hemos atarvesado la pequeña presa (la de arriba) de la Barranca y a la altura del parking hemos enfilado a la izquierda pista para abajo, donde mi cuentakilómetros ha alcanzado los 49 km/h. Al acabar la pista, me he pegado un vuelo genial en un paso canadiense...me he motivao, la verdad. En ese punto hemos cogido el sendero de los Almorchones (creo que se llama así), y tras la rueda de Efrén, he llegado abajo con una pedazo de sonrisa de oreja a oreja. Desafortunadamente hemos tenido que hacer de nuevo otra parada técnica porque Fraile ha vuelto a pinchar... De ahí a la plaza del Gargantón tan sólo un suspiro y enseguida delante de unas cervecitas, patatitas, torreznos, etc...como colofón y opcional a la ruteja corta pero intensa que nos hemos pegado....no ha llegado a 30 km y más de 700 de acumulado. Genial!!!.