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    RUTA MTB

    Hoyo de Manzanares

    Día: 26/2/12
    Lugar: Torrelodones
    Paseo de Joaquin Ruiz Gimenez

    Hora: 08:45
    Distancia: 36 kms
    Desnivel: 750 m
    Indice IBP: 81
    Nivel físico: Medio
    Nivel técnico: medio

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    Senda del Arcipreste

    13 de octubre de 2012


    Cronica escrita por Juan Cardido: Por fin una ruta en la que no tenemos que lamentar caída alguna de consideración. Si tuviéramos que resumir la mañana de hoy en una sola frase, diríamos algo así como: “tranquilidad absoluta”. Y es que lo que debería ser lo más habitual, se ha convertido en lo extraordinario, y bendito sea lo extraordinario que nos deja días como hoy de disfrute casi total, aunque alguna cosita si que ha habido.
    La lista de apuntados el martes ya prometía una ruta de nuevo bastante concurrida. Lo que en un principio iba a ser una ruta de 14 o 15 bikers, se ha convertido al final en una concurrida reunión de 21 amigos y amigas. A las 8:30 de la mañana ya estábamos casi todos, y a eso de las 8:45 ya no faltaba nadie. Nos sorprendió la asistencia de Toñi y Rebekop, de Pachi y de Amador que sorpresivamente se presentaron en el punto de salida en Cercedilla.
    Así pues, éramos de la partida los cinco bicivoladores asistentes: Charco, Golden, Diabolik, Davygon y Kiko, los cuatro mencionados anteriormente (Toñi, Rebekop, Pachi y Amador), y Arrojo, Marek, Pablo, Nacho, Jesús, NRain, Mariaje, Karpov, LCPRIM, JoseMMolina, Sergio (y1polla, que nos esperó en la Fuenfría) y yo mismo (Juancar). La verdad es que nos estamos acostumbrando a estas rutas tan concurridas. No hay convocatoria a la que no acudan un montón de amigos de varios grupos del MTB de Madrid, y además, de lo más selecto. Si la semana pasada en el Tres Provincias éramos un grupo heterogéneo en el que destacaban los SMS, hoy la palma se la han llevado nuestros amigos los bicivoladores. A las 8:50 nos poníamos todos en marcha destacando ya desde el primer metro los bicivoladores, que cogieron la cabeza que no soltaron en toda la ruta. El primer rampón desde la mismísima salida ya nos hizo a más de uno sacar la lengua y subir resoplando en los primeros 200 metros hasta coger el Puricelli.
    A diferencia de las últimas veces que hemos hecho o pretendido hacer esta ruta, esta vez salimos desde Cercedilla en vez de desde Los Molinos, y todo porque algunos pretendíamos evitar los primeros 2 km de la subida hacia los campamentos desde Los Molinos. A cambio había que tirar calle arriba hasta enlazar con el Puricelli. A mi personalmente el Puricelli es un camino que me encanta. Además hoy, con la humedad de las lluvias recientes y los primeros minutos de sol, olía fenomenal, el terreno estaba perfecto y la temperatura, aunque fresca, era ideal para esas primeras rampas de subida a la Fuenfría.
    Enseguida perdimos de vista a los bicivoladores; mientras tanto los demás nos íbamos dispersando por el camino de subida. La primera reagrupación la hicimos después de las dos rampas de subida del Puricelli, que la mayoría, unos descansando entre la primera y la segunda y otros del tirón, la hicimos montados en la bici. Tras recobrar el resuello, reiniciamos la subida a la Fuenfría por la archiconocida pista que va hacia Las Dehesas y que pista de la República hacia arriba llega hasta lo más alto del puerto. De nuevo los bicivoladores salieron escopetados en cabeza, mientras los demás de nuevo nos dispersábamos en la subida. Hoy el primer tramo, hasta el rampón asfaltado que llega al cruce con la via XXIV se me ha hecho muy llevadero. La culpa la ha tenido “el hijo secreto de Marek”, que de secreto ya tiene poco, y como digno sucesor de él (como a él mismo le gusta llamarse), no ha parado de cascar y soltar chascarrillos que nos han hecho a Pablo y a mi la subida mucho más amena. Pero cuando han llegado las rampas mas empinadas, nuestro amigo Karpov nos ha abandonado y ha ido a buscar la cabeza de pelotón a seguir con sus chistes y su maravilloso buen humor.
    Mientras tanto, por detrás, el genuino Marek llevaba puesta la radio que hacía a su vez más llevadera la subida de Nacho y Mariaje. De flipar ha sido ver cómo adelantábamos a Golden y Charco mientras reparaban la rueda trasera de JC, y cómo en menos de un santiamén nos pasaban como dos auténticos pros, y que viéndoles a los dos se queda uno flipado de cómo van encima de la bici...¡¡qué cracks!!. La subida hasta el mirador de los poetas, como siempre, la hemos hecho cada uno a nuestro ritmo. Aún recuerdo lo mucho que flipé en ese mirador la primera vez que llegué en bici hasta allí. Ahora, habiendo subido unas seis veces en un año, pasamos por allí como si se tratara del pasillo de nuestra casa. Tras la reagrupación correspondiente y después de que el último recuperara el resuello, retomamos nuestro camino hacia el alto de la Fuenfría, que desde el mirador se adivinaba con una buena capota de nubes que según nos ha contado Sergio, venían de una niebla intensa del lado segoviano.
    De igual manera, y cada uno a su ritmo, hemos llegado al mirador de la Reina, donde esta vez hemos podido observar una panorámica preciosa. Me ha gustado mucho parar hoy allí, he podido hablar con muchos de los compañeros de ruta, disfrutar de las vistas y gozar con el excelente buen rollo que se respiraba en ese momento. Si bien hemos pasado como una exhalación por el mirador y por los relojes de sol, en el mirador de la reina hemos estado un buen ratito que a mi personalmente me ha encantado. Sin pausa, hemos continuado hasta la cima del puerto de la Fuenfría. Esta vez no hemos parado allí. ¡¡Qué maravilla llegar hasta ahí arriba sin una sola incidencia!!. Como digo, sin parar, hemos continuado por la pista de la Marichiva disfrutando de buena conversación y de unos paisajes alucinantes. La siguiente reagrupación la hemos hecho en el desvío de la pista de la Marichiva, justo en el lugar en el que empieza la bajada que conduce a la pista del Río Moros. Y esta parada ha sido bastante larga: mucha charleta, mucha broma, Karpov repartiendo chascarrillos a diestro y siniestro, momento barrita, foto de grupo…y a seguir!!!.
    Desde aquí, los más atrevidos (incluso osados), han tirado por los senderitos de fuera de pista, mientras que los menos atrevidos (o más comedidos), hemos bajado por la pista que ya de por si tiene una inclinación bastante respetable. Algunos (verdad Ángel?), la han disfrutado de lo lindo, otros, por culpa de los últimos avatares la hemos sufrido más de normal, pero en general todos hemos bajado con una buena sonrisa en la cara. A la salida de la pista, y ya en la carretera del Río Moros, hemos vuelto a agruparnos con los osados de los senderitos. Justo cuando íbamos a iniciar la marcha, hemos echado de menos a Santi. La verdad es que nos hemos quedado un poco chafados cuando hemos visto que se había caído en el sendero y que no nos habíamos percatado de que no había llegado hasta un rato después en el que, todo sea dicho de paso, varios de nosotros ya nos habíamos dado la vuelta para ir a buscarle. Afortunadamente todo ha quedado en unos pocos rasguños y algún encontronazo con el manillar…¡¡menos mal que la maldición no ha podido hoy con nosotros!!.
    La bajada por la pista del Río Moros es rápida y no demasiado complicada, aunque la gravilla suelta a veces hacía que extremáramos las precauciones. Eso sí, más de uno ha echado de menos el culotte largo, y es que del lado segoviano el fresco era más bien frío. Un pequeño problema de Diabolik con su tija pija, y otro también pequeño de la rueda mal talonada de la bici de Charco han sido las únicas incidencias dignas de mención en la pista del Río Moros. Una vez pasada la puerta de acceso a la pista del Río Moros, enseguida enfilamos la senda del Arcipreste de Hita. Lo cierto es que el camino inicial de la Senda es precioso, con los helechos ya secos en esta época del año, todo húmedo y con un olor excelente. El objetivo de algunos hoy era subir la senda del Arcipreste sin poner pie a tierra, pero ninguno lo hemos conseguido. La mayoría hemos subido bastantes tramos encima de la bici, incluso algunos como NRain y yo hemos tenido un momento disfrutón intentando alternativamente ir superando pedrolos. Aún no me explico como los hay que son capaces de subirlo sin bajarse de la bici prácticamente en su totalidad. De todas formas, subir esta senda ya sea a pie, ya sea en la bici es un lujazo; es uno de los sitios más bonitos de esta zona de la sierra, al menos de los que yo conozco. Y que el jodío Arcipreste se buscaba unos caminos de órdago para ir a buscar su inspiración (femenina…).
    Tras la correspondiente reagrupación, enfilamos la bajada del cortafuegos de las torretas eléctricas para enlazar a continuación con la pista de La Molinera. Unas fotos de la bajada, unas pocas risas y algún que otro chascarrillo manchego y de nuevo sobre la bici para rodar los últimos kilómetros de la ruta. La pista de la Molinera es traicionera. Te engaña al principio regalándote una bajadita muy para gozar, te castiga sin compasión en una subida casi inesperada que lleva hasta la fuente y te deja en un bajadón con dos curvas muy peligrosas y un terreno muy suelto y resbaladizo. Curioso ha sido el comentario que me ha hecho NRain poco antes de llegar a la fuente al ver por ahí abajo a los demás compis bajando a toda velocidad por la pista; me ha dicho: “parece que han superado la curva diabólika sin más problema”. Lo que no sabíamos era lo equivocado que estaba. En la famosa curva, Charco ha hecho un recto y se ha salido, afortunadamente sin consecuencias, pero dejando a los que iban el susto en el cuerpo…la maldita curva busca víctimas continuamente. Y justo una curva más abajo Pablo ha estado a punto de hacerse un recto también…es que la pista de la Molinera es traicionera de verdad.
    Una vez bajada la pista, hemos tomado los senderos desde Los Molinos que conducen hacia la entrada del Puricelli en Cercedilla, punto final de la ruta. Una mañana genial en una estupenda compañía y que afortunadamente no hemos tenido que lamentar incidencias como las que estamos últimamente acostumbrados. Eran ya más de la una y media cuando cargábamos las bicis en los coches para que algunos de nosotros saliéramos escopetados de allí sin ni siquiera podernos plantear una pequeña opcional que por supuesto nos reservamos para la próxima. Así pues, lo dicho. La próxima más y mejor…y al ritmo que llevamos, más multitudinaria.

    Caminos del Canal

    1 de octubre de 2012


    LA CRÓNICA Las previsiones no invitaban a ir a la ruta programada. El Tres Provincias hay que hacerlo con tiempo favorable o no hacerlo. Así pues, después de ver cómo las webs meteorológicas insistían en que iba a caer la mundial, no quedó más remedio que cancelar la ruta hasta mejor ocasión y convocar casi en el límite de lo razonable una nueva salida que nos librara de ponernos hasta arriba de barro.
    Los especialistas decidieron que lo mejor era no tentar a la suerte del sábado y posponer la ruta para el domingo, y qué mejor que hacer una por los Caminos del Canal de Isabel II, ruta comodín para días lluviosos y de la que sabes que no vas a pisar prácticamente nada de barro, y es que tal y como decían las previsiones, el viernes fue extremadamente lluvioso y el sábado aunque en Madrid no llovió, por allí arriba sí que lo hizo y bastante bien.
    Ni las previsiones más halagüeñas nos hacían suponer la cantidad de coleguitas que nos juntamos. Fue abrir convocatoria en el foro, evento en facebook y dejar algún que otro mensaje en algún que otro foro, y...¡bingo!, en el punto de salida nos juntamos 23. Faltaron muchos, y de hecho a alguno se le echó especialmente de menos, pero ser 23 en la partida fue todo un triunfo.
    A las 9:00 de la mañana ya estábamos saliendo del aparcamiento de la estación de cercanías de Tres Cantos con un fresquito que más bien era frío. Yo, en mi caso, me vestí de largo ya que los antibióticos y la semana de inactividad me tenían destemplado y totalmente fuera de tono, y no era el único, que los más frioleros estaban ateridos con los 6-7 graditos que marcaba el termómetro a esa hora.
    Tras callejear un poco, enfilamos la senda al campo buscando la tapia del Soto de Viñuelas, no sin liarnos a esquivar la cantidad de charcos que se habían formado con las lluvias de los dos días anteriores. La arena acumulada se ha convertido en barro deslizante de ese que como te descuides hace te acabes con los huesos en el suelo (y yo no estoy por la labor de besar el suelo otra vez). La primera rampa que sube hacia la dehesa hace la primera criba de la mañana. Los más en forma se ponen en cabeza y además saltan de la pista hacia los senderitos de la tapia del Soto. Pocos senderos hay para disfrutar en esta ruta, pero en cuanto Diabolik, Sheol, Frailman y alguno que otro más ven un sendero, pierden todo conocimiento y se lanzan hasta el punto de llegar un momento en el que tienen que dar la vuelta para poder volver a incorporarse a la pista de nuevo. Una vez en la carretera del Canal las cosas no son diferentes. Los fuertes delante y los menos fuertes, detrás. Cabe destacar a Chani, nuestra compañera bicivoladora que aunque venía atrás con nosotros, iba como una auténtica jabata. Y es que somos pocos los que sabemos que acaba de salir de una lesión bastante chunga de una de sus piernas que la ha tenido apartada de la bici bastantes meses. Había que ver a la tía con su Rockrider de 21 velocidades dándolo todo en los malditos sube-baja del Canal. Y como contraste, nuestro amigo el “lechuzo” Valentín (Valiente para los colegas), siempre en cabeza y siempre con el plato grande, ¿tendrá estropeado el cambio?. En definitiva, que unos mejor y otros peor, íbamos poco a poco consumiendo kilómetros por las odiosas (para mi) pistas del canal. Mientras tanto, los más “cabras”, disfrutaban haciéndose offroads auténticos, sin camino y sin nada, por medio del campo, para matar su ansia. Incluso Karpov, que ha venido del camino más fuerte que el vino de Pitarra (como dice él), se atrevió a seguir la rueda de alguna alimaña...entre las que incluyo ya a Peke, que se está poniendo más fuerte que el vinagre. Las tres o cuatro paraditas de reagrupación ayudaron a los que íbamos más tocados a seguir adelante con más pena que gloria, y sobre todo a recuperar fuerzas para afrontar la subidita del las antenas que coincide con la ruta del Cañón del Guadalix.
    Allí, en las antenas, reagrupamiento general, tiempo para comer y acaparar glúcidos y foto de grupo, numeroso grupo. Y hablando de fotos: las fotos en nuestras rutas tienen un nombre: Terminal. ¡¡Qué tío!!. Se hizo con las riendas de la organización de la ruta, con las fotos, acompañando a los atrasados, reparando pinchazos. ¡¡Qué tío!! (insisto), estaba en todos los lados: ahora en cabeza haciendo fotos, ahora cerrando ayudando a algún colega rezagado...lo de Jesús es absolutamente impresionante...como he dicho en más de una ocasión; UN LUJO. Al reiniciar de nuevo la marcha, nos damos cuenta de que ha habido un pinchazo. Con la excusa de ir más fastidiados que los demás (alguno no lo iba, pero bueno), Chani, Pachi, Cymru, Amador, Nacho y un servidor arrancamos sabiendo que los demás nos darían caza en un santiamén después de reparar la rueda. Y así fue. En nada nos volvimos a reagrupar, y en nada los “cabralocas” siguieron buscando senderitos donde no los había y caminos alternativos que realmente no lo eran.
    Al poco de cruzar la carretera que une San Agustín de Guadalix con Colmenar Viejo, nos damos cuenta de que nos faltan tres compañeros. Uno de ellos había pinchado un par de kilómetros atrás y estuvimos esperando cerca de media hora hasta que afortunadamente vimos como venían ya con la rueda reparada. Lamentablemente esa parada de media hora hizo que nos quedáramos sin una opcional en la que yo hubiera estado encantado de invitar a todo el mundo por las dos cosas que había que celebrar: que no me maté el domingo anterior y por mi cumpleaños. Prometo enmendarlo en cuanto haya posibilidad. La ruta desde ese punto hasta el final se torno más dinámica y más rápida. No sé si fue la proximidad de las pistas de tierra, las vías pecuarias o los senderos que no eran tales, que la cabeza aceleró considerablemente dejando a los rezagados mucho más rezagados si cabe. Llegar a la parte baja de las pistas del canal, justo en el camino en enfila por los tubos del canal hacia los colegios y ver como salían a la izquierda los senderos paralelos a la tapia del Soto de Viñuelas y ver cómo Diabolik, Sheol, Frailman, Karpov, Peke y algún que otro compi que no conozco salìan disparados a cogerlos, fue todo uno. Mientras tanto otros sufríamos con la pestosa subida que va paralela a los tubos del canal.
    Una vez subida la cuesta, y ya en la entrada de la urbanización, algunos decidimos seguir por carril bici y otros, los mismos “cabralocas” decidieron que lo mejor era tirar por el sendero paralelo a la tapia, al menos hasta reagruparnos en la gasolinera de entrada a Tres Cantos. Y desde allí, todos ya en grupo, por carril bici, en el que estuve tentado de hacer alguna que otra foto a algún que otro biker para hacer escarnio popular (jajaja), y callejeando por Tres Cantos, acabamos llegando al aparcamiento de nuevo. La 13:00 marcaba mi reloj cuando decidimos que lo mejor era tirar cada uno para su lado y dejar la opcional para un momento mejor. Abrazos, sonrisas y muy buen rollo al despedirnos después de haber pasado juntos una magnífica mañana. De todas maneras, no está nada mal: casi 50 km y cerca de 700 de acumulado que no caerán en saco roto a la hora de preparar lo que ya si parece que es nuestro asalto definitivo al Tres Provincias la semana que viene.